Catamundi
LA BODEGA EN CASA
Para empezar a tener una pequeña bodega en nuestra casa comenzaremos por ubicarla en el lugar más fresco e interior posible, para aquellos que dispongan de un dinero extra, los armarios vinotecas climatizados dan un buen resultado, su capacidad es de entre 50 a 120 botellas. Cada bandeja posee una temperatura de manera que para los tintos 18º, los rosados 12º, blancos y espumosos de 8 a 5º.
Para conservar nuestros vinos, la cocina es la primera gran enemiga, hay que evitar junto a cambios bruscos cambios de temperaturas, por lo general producidos por aparatos electrodomésticos.
La despensa es otro de los lugares prohibidos, nunca se deberá juntar el vino en el mismo espacio que las legumbres, los aceites o las conservas, así como de jamones y embutidos varios. Existe la idea generalizada de regar los espacios que el vino ocupa para crear un ambiente húmedo, nada más lejos de la realidad, con esto apresuramos la evolución del vino y producimos un posible foco de microbio acético, el principal culpable del avinagramiento de los caldos.
El ruido supone también la alteración continua del vino, para aquellos que posean un garaje y decidan realojar sus vinos en este lugar previamente deberán aislar por completo el lugar dedicado a este menester de toda vibración, olor a combustible, humos y ruido en general.
Pero:
¿Qué vino comprar?,
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¿De qué tipo?
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Estas son algunas de las muchas preguntas que nos vamos hacer de ahora en adelante, contestarlas no es fácil ya que no partimos de vinos recién salidos de las bodegas donde se elaboraron, sino que cuando llegan a nuestras casas ya han pasado por un sinfín de aventuras.
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De forma ORIENTATIVA vamos a describir un tipo de bodega con tipos de vino surtido y valores a tener encuenta.
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Vinos Generosos como Finos y Manzanillas (deberán conservarse en la puerta del frigorífico y en posición vertical).
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Vinos de postre, tipo sauternes, tokai, oportos, amontillados dulces.
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Vinos Blancos Jóvenes, de la última cosecha.
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Vinos Espumosos, de la última cosecha
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Vinos Blancos Fermentados en Barrica o de Crianza, máximo 4 años para guardar
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Vinos Rosados, de la última cosecha.
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Vinos Tintos Ligeros de Mal Envejecimiento, máximo tres años sin crianza.
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Vinos Tintos Ligeros, máximo 4 años.
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Vinos Tintos, para guardar máximo ocho años.
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Vinos Tintos, potentes para guardar hasta 20 años.
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